Los datos de enero arrojan que, si bien se desacelera la fuerte retracción que viene teniendo lugar desde junio del año pasado, el consumo se muestra proclive a la baja, en este caso, con una caída del 10,6%.
Las expectativas que durante parte del año pasado muchos habían proyectado para el inicio del 2025, no se cumplieron. O al menos, no cabalmente. Según el último informe mensual de la consultora Scentia, en enero hubo una baja interanual del 10,6%.
Ocurre que, pese a la disminución marcada de la inflación, el consumo masivo sigue en picada tras cerrar el 2024 con una caída del 13,9% versus 2023, el tercer peor registro de los últimos 22 años, luego de 2002 y 2003. Es así como el consumo ya acumula 13 meses con números rojos. La base de comparación es contra un mes de por sí bajo, teniendo en cuenta que enero de 2024 marcó un fuerte retroceso por la devaluación previa de diciembre, que llevó a los consumidores a anticipar compras para stockearse.
“De acuerdo con lo que presumíamos, si bien se desacelera la fuerte retracción vista desde junio de 2024 en adelante, se mantiene la tendencia a la baja”, explicó Osvaldo del Río, Director de Scentia.
El dato genera alguna inquietud entre supermercadistas y proveedores, dado que, si bien se cree que lo peor de la crisis ya pasó, la realidad pone de manifiesto que la recuperación tal vez sea un poco más lenta de lo esperado. Las expectativas de un rebote de ventas, que originalmente estaban puestas en el segundo semestre de 2024 y luego se movieron para el inicio de 2025, ahora apuntan a abril o mayo de este año.
En enero, los más golpeados fueron comercios de barrio, como autoservicios, almacenes y el canal asiático, con una caída superior al 13%. A estos negocios les está costando competir contra las múltiples promociones y ofertas de las grandes cadenas de supermercados, que terminaron enero con una contracción del 7,2%.
(Puede continuar leyendo esta nota en la Edición Digital de Revista Punto de Venta N° 348).