Ejecutivos de empresas de servicios destinados a la industria del retail y a sus proveedores nos cuentan cómo se adaptan para ayudar a sus clientes a crecer en un contexto que todavía no ofrece signos visibles de mejora.
Se acerca el último trimestre del 2024, un año que arrancó con un escenario político y económico agitado, signado por la clara intención del actual gobierno de reducir el déficit fiscal y frenar la inflación. Las políticas de ajuste comenzaron a mostrar sus efectos, mejorando de forma acelerada las cuentas públicas. Aunque persisten algunos desequilibrios, el panorama fiscal parece encaminado hacia una mayor estabilidad. Uno de los resultados más notables ha sido la desaceleración de la inflación, que, aunque elevada, muestra signos evidentes de ralentización.
Al mismo tiempo, los recortes en diversas áreas han agravado la recesión preexistente. Las reglas de juego del consumo masivo cambiaron de forma significativa. Minoristas y proveedores se vieron obligados a ajustar sus planes y proyecciones en función de un mercado incierto. En agosto, las ventas de productos de consumo masivo tuvieron la mayor caída de la última década. De acuerdo con la información mensual que proporcionan las consultoras especializadas, las ventas en supermercados y autoservicios cayeron un 17,2% en comparación con el mismo mes del año pasado. Con esta nueva contracción, el acumulado de ventas para el año supera los 10 puntos negativos.
Este fenómeno se inserta en un contexto donde la macroeconomía argentina afronta varias dificultades. Diversos organismos internacionales, como el Banco Mundial, el FMI y la CEPAL, coinciden en que el PBI cerrará el año con una contracción cercana al 3%. Este pronóstico es coherente con los datos publicados por el INDEC, que reflejó una caída del 3,2% en los primeros seis meses del año, sugiriendo que la tendencia se mantendrá sin mayores alteraciones.
Más allá del impacto evidente que esto tiene sobre el supermercadismo y la industria proveedora, ¿cómo influye la situación en aquellas compañías que ofrecen productos y servicios específicos a ambos sectores? ¿Qué estrategias están llevando a cabo para ayudar a sus clientes a mejorar sus ventas o su gestión, de tal forma de no perder posicionamiento?
Para averiguarlo, consultamos a ejecutivos de distintas empresas cuya actividad se ve afectada por la performance de la industria y el retail, para que comenten cómo enfrentan estos desafíos y qué expectativas tienen para el resto del año, considerando que, si bien en teoría la inflación seguirá descendiendo, no se sabe todavía cuál es el piso para la caída del consumo.
(Puede continuar leyendo esta nota en la Edición Digital de Revista Punto de Venta N° 343).